El domingo pasado fuimos observadores oficiales para la elección por votación del nuevo directorio en una comunidad en el Sur de Cochabamba. María Auxiliadora “Hábitat Para la Mujer” es una comunidad progresiva y conocida de aproximadamente 700 familias que fue fundada hace 15 años en los principios de propiedad colectiva y liderazgo de mujeres.
La idea era que la gente (particularmente mujeres) que no tenía manera para conseguir su propio hogar podía pagar un monto relativamente pequeño y recibir un lote en el que podían construir una casa. Si en un futuro decidían irse de la comunidad, se devolvía el monto y sólo podían vender la casa por el mismo monto que gastaron en materiales y construcción – un concepto de propiedad interesante en cualquier lado, pero especialmente en una ciudad como Cochabamba donde la urbanización rápida ha generado mucho tráfico ilegal de terrenos y mucha corrupción.
Todos dicen que la comunidad fue muy unida durante su primera década. En esa época, aunque no recibieron básicamente ningún servicio municipal, lograron establecer un programa de apoyo escolar, una guardia en el barrio e incluso su propio comité de agua que proporciona agua potable a las casas de su propio pozo y manda las aguas servidas a su propia planta de tratamiento. Sin embargo, durante los últimos cinco años la comunidad se ha dividido. Hemos escuchado que en algunos casos estas divisiones han llegado a la violencia, y de lo que pudimos averiguar parece que las divisiones más graves son arraigadas en este tema de propiedad.
Hemos asistido a algunas de sus asambleas mensuales y hemos visto discusiones muy fuertes entre dos grupos opuestos y muchas acusaciones lanzadas entre ellos que cada uno estaba tratando de manipular las elecciones que iban a haber. Sin saber los detalles de nuestro trabajo, nos invitaron a asesorar a su Comité Electoral para estas elecciones y aunque no es exactamente nuestra línea de trabajo (no creemos mucho en las elecciones por votación y frentes como manera de unir una comunidad dividida), decidimos darles una mano.
Raúl asistió a una reunión del Comité Electoral para sugerir algunas prácticas simples pero eficaces, como poner límites estrictos e iguales a cada frente para exponer su plan de trabajo y tener la urna abierta y visible justo antes de comenzar para que todos pudieran ver que está vacía. También les aconsejó que soliciten la presencia de la policía para la votación (la animosidad entre los dos grupos es tan fuerte), y ellos le hicieron caso.
Cuando el domingo llegó, fuimos presentados delante de la asamblea como observadores junto con nuestra amiga Leny Olivera del Centro para la Democracia y algunos abogados. Había un debate fuerte antes de la votación y acusaciones que ciertos miembros de la comunidad no podían postularse como candidatos. Antes de que se metió en la urna el primer voto, uno de los grupos opuestos se fue de la asamblea, pero como parecía que no había ninguna violación de los estatutos de la comunidad todos estaban de acuerdo que se debía seguir con la elección (esta elección ya había sido suspendida dos veces).
Uno por uno se llamó a los miembros de la comunidad ir adelante y votar en secreto y después vigilamos al Comité Electoral mientras contaban los votos delante de la asamblea. Por suerte, la elección misma tenía pocos sobresaltos.
El nuevo directorio ya nos ha invitado a involucrarnos como asesores, pero será un proceso lento para conocernos y conocer la situación muy compleja en la que está la comunidad actualmente, antes de que haya la posibilidad de una colaboración verdadera. Pero de todas maneras, fue un honor estar involucrados y una experiencia muy interesante. Vamos a actualizar si hay más interacciones entre nosotros y los de María Auxiliadora en un futuro!